sábado, 17 de noviembre de 2012

Travelling, por Israel González, 15 de noviembre de 2012


Travelling
columna de cine y literatura 
por Israel González


Dos historias escalofriantes

15 de noviembre de 2012

¿Qué adjetivo adjudicar a las películas Después de Lucía La vida precoz y breve de Sabina Rivas? Sin duda, escalofriantes.

Después de la muerte de su madre, Alejandra y su padre emigran, de Puerto Vallarta, a la ciudad de México.

La relación entre ambos transcurre apacible. Al parecer tienen buena comunicación.

El carácter de Alejandra es tranquilo, a diferencia del padre que estalla -jamás con ella, ni cuando se entera que fuma mariguana- con inusitada facilidad.

Alejandra se inscribe en una preparatoria, comienza a asistir a clases, empieza a hacer aparentes amigos. Pero una noche que se va de juerga a Valle de Bravo...

La de Sabina Rivas es una historia de violencia y prostitución en el sur del país, en la frontera con Guatemala.

Los  hordas de los maras, los agentes de inmigración,la mujer que regentea un prostíbulo, todos actúan fuera de la ley y enarbolan la violencia como única vía para sobrevivir. No hay ley. No hay respeto por la vida de nadie. No hay futuro digno para una jovencita que quiere huir de la pobreza y de la prostitución.

En otro contexto, que supondríamos más civilizado, Alejandra padece las injurias de sus compañeros de clase que se ensañan con ella a propósito de una efímera relación sexual con uno de ellos.

Tanto Alejandra como Sabina Rivas sufren en silencio, casi sin protestar, vencidas por su entorno.




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