jueves, 29 de noviembre de 2012

Travelling, por Israel González


El sueño de Lu

Israel González

El sueño de Lu era ir a conocer las ballenas, en Baja California, con Sebastián, su hijo de escasos cinco años.

Un aneurisma -tan raro en infantes, sin embargo, cortó para siempre la vida del niño.

Después de un año del deceso Lucía (Lu) aún no se recupera, acaso porque no tiene con quien compartir el duelo, pues es madre soltera y vive sola en una hermosa casa en una de cuyas ventanas se aprecian dos o tres hermosas palmeras.

Lucía tiene que recurrir a terapia psicológica, en donde junto con otras madres trata de exorcizar el dolor.

En una de las sesiones se preguntan por qué no existe una palabra para nombrar a la madre que pierde a un hijo y sí la hay para designar al hijo que pierde a su madre: huérfano. (Lu, en realidad es una mujer huérfana, una madre huérfana, sin marido y sin hijo).

El dolor de Lu desborda la pantalla. Ha muerto su sueño, su compañía, su esperanza, su futuro. Sus entrañas están vacías y sangran sin que nadie pueda hacer nada por detener la desconsolada hemorragia.

Un día Lu toma una decisión inesperada. Llama a su amigo Malic (o Malik) para decirle que necesita confiarle un secreto.

Dicho secreto desencadenará el final de la historia.

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