martes, 11 de diciembre de 2012

Travelling, por Israel González


Post tenebras lux

Israel González

Muchas vidas asoman en la cuarta cinta de Carlos Reygadas, Post tenebras lux. Muchas vidas y dos Méxicos: el del campo -de cierto campo-  y el de la ciudad -de cierta clase social de la ciudad.

Varias familias y un desenlace trágico: la muerte de uno de los personajes centrales a manos de alguien en quien confiaba y que jamás pensó lo iba a traicionar.

El modo de narrar de Reygadas, con imágenes aparentemente inconexas, no permite distracción alguna y apela a toda nuestra concentración pues en el cine no tenemos a mano ningún control de televisión. Así que más vale que prescindas de las palomitas y no voltees hacia ningún lado de la sala cinematográfica.

En entrevista de Jorge Caballero (La jornada, 23 de noviembre de 2012), Reygadas explica: Para mi la creación es una cuestión de honestidad. Siempre me han calificado de provocador, payaso, sinvergüenza y ese tipo de cosas, pero en realidad eso se debe a que no quiero hacer las cosas como se supone que tienen que ser, sino como las siento. Por eso hablo de honestidad. (…) Si una pareja tiene relaciones sexuales , no quiero que la sábana cubra el pecho a la mujer, porque en la vida real no ocurre así. Hacer que se cubra el pecho es poner un velo. Hablo de las cosas como las percibo, como creo que son.

Y de los que dicen que no habla de nada o no entienden la cinta: Hay gente que cree que “Post tenebras lux” no habla de nada, que sólo es una película de una persona incapaz de transmitir ideas. Me sorprende que cuando no se tiene historia, la sobreinterpretación que hacen es tremenda. (…) En la película hay de manera clara una trama; no comprendo por qué no la entienden; además de eso hay un montón de ideas sobre la vida en México, con dos cosmogonías distintas. Hay ideas sobre el fin de la inocencia, la insatisfacción del hombre occidental y la familia.

Y concluye: No recomendaría ir a ver mi cinta, porque no soy comerciante y no creo que la película tenga que ir a la gente, sino ésta a la película. El que quiera ir a verla que vaya y el que no quiera no. Cuando me dicen por qué tiene la gente que ir a ver tu película, les digo que no se van a perder absolutamente de nada si no la ven; al que le interese irá a verla y encontrará algo. Pero no soy un comerciante.

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