lunes, 24 de junio de 2013

Palabras de Lula Sánchez en la presentación del libro Grandes enseñanzas para pequeños corazones, de Lorna Rocío Contreras G.

Palabras de Lula Sánchez Puig en la presentación del libro Grandes enseñanzas para pequeños corazones, de Lorna Rocío Contreras G.

Primero que nada quiero felicitar ampliamente a Lorna porque para publicar se requiere un gran coraje y empuje en nuestro país y en casi todo el mundo. Hace poco lo viví muy de cerca al lado de mi mamá que publicó su libro y cómo le decía un editor, en un país donde parece haber más escritores que lectores no es fácil hacer eso, y muchos se desilusionan con esa frase, conozco personalmente amigos talentosísimos que no publican porque no hay quien se atreva a hacerlo, por un conflicto de intereses, porque al final el editor busca que su negocio prospere y tenga un gran número de lectores y el autor busca que su maravilloso mundo interior llegue a tocar por lo menos un corazón, con uno es suficiente. Así que muchas felicidades Lorna, porque sé lo que se requiere para publicar y tú lo has hecho, eso ya es una gran hazaña en sí misma. Tener este libro entre tus manos debe ser un gran regalo.

Conocí a Lorna hace algunos años en casa de mis papás, de inmediato me cayó bien, ¡y a quien no!, es una persona encantadora, una mujer con un gran corazón y siempre una sonrisa que ofrecer. Ahora que tuve la oportunidad de leer sus cuentos entiendo el porqué.

Leer “Grandes Enseñanzas para pequeños corazones” me hizo sentirme inmensamente agradecida, esa gratitud que deja el corazón lleno y la sonrisa en la boca, primero por tener la fortuna de conocer a Lorna y luego porque me remonté a mi propia infancia, con un papá, que al igual que el de Aurora, viajaba mucho y cuando estaba en casa me ofrecía sus enseñanzas, su corazón y todo su cariño. Cuando un niño tiene ese gran cariño en casa las posibilidades que crezca con enorme autoestima y sea una persona maravillosa son muy altas ( perdón por el guayabazo, por lo menos mi autoestima es alta).

Es lo que busco yo ahora como madre en mi casa, que haya un ambiente de amor donde mis hijos puedan desarrollar todo su potencial, y para eso, una de las acciones que más disfrutamos es la lectura por la noche. Comencé a leerle a mi hija Tamara, la primera, desde que tenía escasos meses y a la fecha, aún sus 14 e independientes años, su iphone, su facebook, sus amigos, sus fiestas y entrenamientos, aún todo eso, seguimos disfrutando del momento en que le leo en la noche, porque sí, todavía le leo por las noches.

A ella, a mi adorado Santi, mi hijo varón favorito y a mi pequeña y dulce Maia, Mivi (por mi vida) como le digo cariñosamente, el leerles por las noches se ha convertido en una rutina tan importante o más que el baño, porque bañarse quieren, a veces muy poco, pero cerrar el día con “Me lees má” lo hacen siempre. Incluso ahora que están más grandes, hemos establecido calendarios de lectura y círculos donde los grandes le leen a los pequeños y mamá a uno cada día porque claro, ya dos o cuatro páginas no son suficientes.

Los que ya lo hacen saben el placer que esto encierra, y los que no, los invito de verdad a terminar el día con un “Me lees má” o “Me lees pá”. Les encantará. Y si les leen “Grandes Enseñanzas para pequeños corazones” el placer será aún más grande.
Tu libro me sorprendió mucho Lorna, favorablemente por supuesto, hace pocos meses que comencé a meditar y meditar con visualizaciones me parece la mejor forma de poder cambiar nuestros estados de ánimo y nuestra realidad. Cuando Aurora hace ese gran viaje hasta el Cosmos o hasta “El infinito y más allá” como diría Buzz Lightyear hace un enorme ejercicio de elevación de conciencia y jugando, la mejor manera de aprender para los niños y los no niños, realiza la acción más importante para resolver los problemas pequeños o grandes a lo largo de toda nuestra vida. Aprender a elevar la conciencia, ese poder desprendernos de nosotros mismos y ver “los toros desde la barrera” es fundamental, solo así podemos deshacer “los nudos” como por arte de magia, elevarnos a un nivel superior desde donde podemos contemplar el nudo en todas dimensiones y poderlo desenmarañar.

Porque cuando estamos viviendo el problema y en la misma dimensión del problema, es como dice el papá de Aurora, estamos en una espiral y puede que nos parezca un laberinto gigante sin salida, un bronconononón, sólo si elevamos nuestra conciencia, que por cierto, para que esto suceda, es necesario que el azúcar de la limonada se haya asentado ya, es decir, con la mente en paz, solo así nos podemos dar cuenta que es un nudo de marinero y encontrar la hebra por donde deshacerlo, así de fácil, como por arte de magia.

Pero todos estos conceptos, estos elevados conceptos de meditación, tranquilizar el alma, mantener la mente fuera del remolino y en paz, librarnos de la envidia, del rencor, del odio. Estos profundísimos conceptos de elevar la conciencia, encontrar nuestro yo interior, que, dicho sea de paso mucha gente muere de viejo sin si quiera intentar escucharlo, Lorna los lleva a un terreno tan amable, tan sereno, tan divertido y tan cerca de nuestro niño interior que los hace tan claros y cristalinos, como dicen nuestros vecinos del norte:
“crystal clear”.

Dicho de otra forma, les enseña a los niños y a sus padres, con peras y manzanas, o con magia y limonadas los conceptos más profundos y ricos que los ayudarán a tener una vida plena, feliz y maravillosa.

Y por si fuera poco, nos los ilustra. Maia, Mivi, la pequeña de 6 años apenas cumplidos adora ver las ilustraciones de sus libros, y aunque se la sepa de memoria le fascina que le lea la página y le enseñe la ilustración. Contar con las expertas y creativas manos de Lorna, una pintora profesional que incluso vende obra (porque pintores hay muchos, pero que vendan obra, ya no tantos, ese es un pintor) es un gran deleite.

Sus pinturas en acrílico que aquí se pueden ver expuestas y que ilustran el libro, también me sorprendieron, conozco la obra de Lorna y quiero decirles que es una obra adulta, profunda y colorida, que me recuerda a sus propias inspiraciones: Van Gogh y Henry Rousseau (por cierto autodidacta como Lorna) y no sabía, o si sabía, creía que iba a encontrar obra abstracta en las ilustraciones y eso es lo que esperaba al abrir el e-mail donde me la mandó.
Cuál sería mi sorpresa al abrirlas, me sentí como Antón Ego (el crítico de Ratatouille) y claro! claro que Lorna ilustró para niños, desde el punto de vista de ella como niña y hablando un lenguaje gráfico de fácil comprensión para los niños. Eso requiere de una elevación de conciencia muy grande, tanto como si desde niña la practicaras, tanta como tu grandeza y tu corazón.


Gracias por acercarnos un mundo tan profundo y tan bello como el que tu viviste en tu infancia, gracias personalmente por dejarme vivir en un cachito de tu corazón y gracias a ustedes por escucharme.

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