miércoles, 4 de septiembre de 2013

Presente, por Israel González

Presente

Israel González

Vivo en un país triste.

Vivo en un país violento.

Vivo en un país en donde las mayorías no cuentan.

Si el día de mañana tengo todavía fuerzas para seguir
quiero que se respete mi voto,
que los políticos no me digan mentiras
y cumplan una a una sus promesas.

Si mañana sigo vivo todavía
quiero ya no ver a mis compatriotas
pudriéndose con prisa en las calles y en los parques;
a los muchachos ahogados en alcohol
o aspirando el “activo” que perfora sus cuerpos,
sin otro oficio que el tiempo consumiéndolos.

Si mañana todavía mis ojos alcanzan a deletrear el mundo
quiero que el aire sea de verdad transparente
y la luz no tema presentarse desnuda ante el mundo.

Porque hubo una vez un niño que padeció hambre y pobreza
y anduvo solo y descalzo por los andurriales de su universo.

Porque hubo una vez un joven que creyó ciegamente
en la fraternidad de los hombres y en la democracia que nunca llegó.

Y luego el hambre que se acerca a pedir una moneda
o a arrebatar lo que has ganado con el sudor de tu frente
o despojando a otros más débiles que tú, más inermes.

Y la sangre que corre sin ley y se mete en la casa de todos
donde -desesperados o indiferentes- contemplamos con asco o con  lágrimas
cómo el mundo, nuestro mundo, se desploma a pedazos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario