lunes, 28 de septiembre de 2015

DIOS ES MI LABERINTO (COMIDA LIBANESA), por Jaime Velasco Luján

"A Jesucristo le preguntaron qué es el reino de los cielos. Jesucristo respondió que el reino de los cielos es un hombre que tenía cien ovejas, se le perdió una y él abandonó a las 99 restantes para buscar a la extraviada, las 99 sin pastor caían por los barrancos, las diezmaban lobos y ladrones, se dispersaban por los bosques. El reino de los cielos no es racional. (Es espiritual, metiche aclaración).

Los humanos corrientes, los no iniciados, nacen, crecen, viven de sus falsas creencias, se reproducen y mueren como bestias, sin haber comprendido su destino: es entre ellos donde el diablo recluta a sus guerreros. (Más claro ni el agua)."

Como ven el libro es muy interesante, nos llevará unas semanas más.

Ayer la comida familiar fue en el restaurante "El jardín del edén", nombre por demás pretencioso, el local está por el Centro Libanés, se distingue por tener lámparas árabes y arcos ojivales en su interior, además de cuadros con camellos por todas partes, acostumbrado a la comida mexicana vi el menú árabe con desconfianza, pedí una chela y esperé a ver qué pedían los demás, pidieron sopa de lentejas y pedí sopa de lentejas, pidieron carnero, imaginé a un cordero (becerro) amarrado con un lazo, esperando a ser sacrificado y pedí una ensalada, de inmediato pusieron pan y jocoque los meseros y una botana de un pan relleno, pusieron galletas blancas como ostias pero infladas y sin sabor; pensé en las especies: la comida libanesa es rica en especies, aquéllas que venían de la India, pasaban por el puerto de Líbano (ubicado en el extremo derecho del Mar Mediterráneo, arribita de Israel) y eran embarcadas para Europa... tuve que probar un poquito de carnero que me convidaron, luego pedí un café árabe pero fue como tomar el asiento de la olla: más granos que café en una taza minúscula... cuando llegué a su casa no había Internet, revisé el globo terráqueo y vi que Líbano es un país pequeñito... si me vuelven a invitar al "Jardín del Edén", no voy...

BUENA SEMANA 

domingo, 20 de septiembre de 2015

César Chávez, el líder y el padre, por Israel González

César Chávez, el líder y el padre
Por Israel González

No es un documental “César Chávez” (México-Estados Unidos, 2014); es la mirada de su director, Diego Luna, sobre un tramo de la vida del dirigente campesino estadunidense de origen mexicano que, en la década de 1960, enfrentó a los productores de uva de mesa de California hasta conseguir un contrato y un trato más justo para los expoliados trabajadores.
La mirada de Diego Luna se detiene en los esfuerzos del líder para conseguir su objetivo y en su distante relación con uno de sus hijos, el adolescente,  que no entiende porqué su padre no le presta la atención que debiera, tema que, además, - éste de la relación padre-hijo- le es  harto entrañable según manifestó en una entrevista de canal once.
Aun cuando César Chávez muestra capacidad organizativa y de resistencia (golpiza, cárcel, 25 días de ayuno, autoridades en contra, etcétera) y aun cuando entendemos que los motivos de su lucha son justos, la impresión que deja la película no es de querer emular al personaje. 
La película muestra, sin mucha crudeza, lo que son capaces un grupo de productores que sienten  afectados sus derechos de tratar  al trabajador como esclavo mientras ellos viven en la abundancia.
Historias de organización, resistencia y triunfo contra los abusos de los “patrones” se dan y se darán mientras no existan leyes – y no haya quien las cumpla- que pongan límite a su voracidad. Una de ellas fue, sin duda, la de César Chávez.