sábado, 24 de octubre de 2015

DIOS ES MI LABERINTO (LA CREATIVIDAD EN LA EDUCACIÓN, I), por Jaime Velasco Luján

DIOS ES MI LABERINTO (LA CREATIVIDAD EN LA EDUCACIÓN, I), por Jaime Velasco Luján

Supe de místicos cristianos que en poemas inmortales explican la revelación suprema. Supe de religiones ateas donde hombres santos hablan sobre el sentido de la vida y la razón del universo.Supe de artistas descreídos que aceptan el misterio y no buscan explicaciones, más bien crean sentido con sus obras y navegan en sus frágiles naves por océanos incognoscibles.

El siguiente texto va dedicado a la profesora Irma Callejas, directora del Colegio Alfredo Nobel, con quien hablo constantemente de este tema, ahora he organizado mis ideas en este ensayo:

Sólo Dios crea a partir de la Nada. El humano, criatura del Creador, sólo puede recrear, crear a partir de lo creado: obras de arte, de ingenio o artesanías muy laboriosas, que revelan una gran inventiva.
Cuando se habla de los grandes artistas, en Literatura (Cervantes), Pintura (Picasso), Música (Mozart), Cine (Buñuel),Teatro (Shakespeare), Escultura (Miguel Ángel) o Arquitectura (las bellas construcciones Coloniales), se queda uno asombrado.
En la mayoría de las religiones Dios crea el Universo, el cielo, la tierra, la luz, el mar... el desarrollo humano es posterior a la creación: el hombre, sucesivamente, es nómada, descubre la agricultura, domestica a los animales, descubre los metales, inventa pueblos, construye ciudades, puebla la Tierra... Dios gobierna el destino de los seres humanos (Jehová, Zeus), los condena o los indulta, dicta una moral para alcanzar el cielo...
"Esto lo hizo un artista", decimos ante una obra que nos deslumbra: una pintura, una sinfonía, una melodía, un collar de perlas, un muñeco de madera casi vivo...
Albert Einstein no fue comprendido por sus profesores de educación primaria, ellos pensaban que el niño vivía en "otro mundo" porque no les prestaba atención... Albert siguió estudiando en las escuelas, paralelamente  se hizo autodidácta, así logró graduarse en el Politécnico alemán... Einstein no es un caso aislado: Tomás Alva Edison, Max Planck y Stephen Hawking sintieron que las escuelas no estaban a su altura.
Si hablamos de los Grandes Maestros (Jesucristo, Sócrates, Quetzalcóatl) nunca fundaron una escuela, sus enseñanzas fueron recopiladas por discípulos y, posteriormente, transmitidas a los simples mortales para que las aplicaran a su vida diaria.
En la Academia de Atenas se enseñaba Geometría y Aritmética a los jóvenes; la educación infantil se inició con la Ilustración: se trató de poner al alcance de los niños el conocimiento a través de la lectura, a través de la escritura se preservaría dicho conocimiento (en México la educación estuvo a cargo de la Iglesia: a través del método Onomatopéyico, con el cual Sor Juana aprendió a leer a los 4 años); el estudio de cómo aprenden los niños se realizó hasta mediados del siglo XX por Jean Piaget. (Continuará)

Gracias a quienes me escribieron, particularmente a Román Ortega que escribió 6 cuartillas acerca de "Cuaderno", el primer libro de poesía que escribí y que se publicó en 2001. La próxima semana hablaré de los comentarios de Román

BUENA SEMANA

domingo, 11 de octubre de 2015

DIOS ES MI LABERINTO (DGD), por Jaime Velasco Luján

DIOS ES MI LABERINTO (DGD), por Jaime Velasco Luján


Lo primero que recuerdo sobre Dios es la  oración. Mi madre me enseñó a orar de la siguiente manera: yo me arrodillaba, juntaba las manos y hablaba a mi  padre celestial con la cabeza inclinada hacia abajo. Me extrañó un poco. Dios está en los cielos. ¿Por qué bajar la vista? Dios está en todas partes, también abajo.

Mi amiga Nadia, corresponsable de esta columna, asistió a la presentación del libro de Córtazar, ahí platicamos un poquito, por cierto, siempre se me olvida agradecer su atención a los amigos que me escriben: Alfonso, Adriana Montoya, Donato, Nadia, Cristina, María, Jaime, etc, gracias. La presentación coincidió con los 30 años de la publicación del primer libro de DGD. 
Me escribió esta semana otro corresponsal, Román Ortega (Lic. en Letras Hispánicas por la UNAM). Román dice que leyó el primer libro de poesía de DGD, Descaro de la máscara, y que en el libro encontró poemas parecidos a los que escribe su servilleta, por ejemplo:

Nadie sale de la casa de la vida
Ni siquiera
los que entran en la casa de la muerte

Román agrega que soy un alumno adelantado de DGD y que escribimos muy parecido, le contesté que mientras Daniel enuncia el misterio, yo trato de descifrarlo y pido al lector que me ayude con su experiencia, debo agregar que para la mayoría de las personas no somos una lectura fácil, el mismo finado Hugo Gutiérrez Vega (Director de La jornada semanal) escribió como la mayoría de los poetas del siglo pasado, con rima y con los temas tradicionales: el yo, el amor, la mujer, las ciudades donde fue diplomático, etc... de tal suerte que nunca entendió el primer libro que publiqué y le entregué en propia mano, tal vez, lo tomó como algo sencillo, sin profundidad... en el libro citado, Daniel dice que busca recuperar la totalidad, como los autores clásicos (Cervantes, Homero, Dante, Shakespeare, Borges), Román termina diciendo que desea aprender a Mirar.
Aprender a Mirar es lo más difícil y, cuando uno aprende no puede Mirar todo el tiempo, sólo en ocasiones, voluntaria o involuntariamente, pongo un ejemplo reciente:

La flor amarilla
es un sol
en el universo.

Para su servilleta, Mirar es comprender que el hombre, la naturaleza y el espacio son un todo relacionados, mi tarea consiste en relacionar los elementos que conforman el todo. (Creo que ahora sí me fui muy recio).
Un maestro es un guía que te ayuda a encontrar tu propio camino (como lo intento hacer en el bachillerato), no es alguien a quien se debe imitar. Ya para terminar: el Maestro de DGD es Alejandro Jodorowsky... 
De pilón: volvía a ver Una mente brillante, film en la que se explica cómo se aprende a Mirar, por medio de los números, la verdadera realidad.

BUENA SEMANA