lunes, 21 de diciembre de 2015

El apagón benéfico, por Israel González

El apagón benéfico
Israel González
Así estaba mejor, sin televisión abierta.
La mañana del 17 de diciembre tomó el control del aparato y constató que ninguno de los canales a los que tenía acceso daba señales de moverse: ni el once, ni el 28, ni el 13, ni el 22, ni el 34, ni el 9, ni el 7, ni el 5, ni el 4, ni el 2, ni el 40. Todos estaban bien muertos.
Después comprobó que películas y música sí, a través del devedé y la pantalla del televisor que se ponía azul para recibir los discos.
Volvió a la cama y por primera vez oyó cómo el silencio y una gran sensación de paz invadía la estancia.
Tendría más tiempo para leer, para escribir y para ver el montón de películas pendientes.
Se ahorraría el coraje de ver y oír a todas horas y en todos los canales el rostro gesticulador de Enrique Peña Nieto y de sus adláteres los supuestos periodistas imparciales de supuestos imparciales noticieros.

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