miércoles, 22 de junio de 2016

Desierto para mi grandes, por Israel González

Desierto para migrantes
Israel González
Una historia más de migrantes; pero en esta ocasión con Gael García Bernal y la magnífica dirección de Jonás Cuarón (“Desierto”, México, 2016, ninguneada en la cartelera comercial pero acogida por la cineteca).
Un vigilante fronterizo (Jeffrey Dean Morgan, en estupenda actuación), tan o más desquiciado que Donald Trump, no vacila en perseguir y matar, él y su feroz perro, a un grupo de migrantes indefensos cuya única divisa es llegar a los Estados Unidos.
Al principio, cuando uno ve cómo avanza el camión en el desierto con los migrantes a cuestas y cómo después los abandona para que continúen a pie, uno se pregunta cómo podrá sostenerse la historia en tan desértico escenario.
Como si se tratara de escribir poesía, Cuarón prescinde de todo lo superfluo, de toda palabrería, de todo adorno y, por ejemplo, no usa el “flashback” para informarnos del pasado de sus personajes, basta un breve diálogo, unas breves pinceladas para que nos enteremos de lo esencial.
Siempre en presente, “Desierto” centra su atención en la personalidad trastornada del vigilante y en el pánico e indefensión de los migrantes que, uno tras otro, van cayendo, perseguidos y destrozados por el perro y las balas de un hombre que ya no lo es.

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