martes, 20 de diciembre de 2016

Una gran historia de amor, por Israel González

Una gran historia de amor
Israel González

La vida podría ser de otro modo, sin tanto llanto, sin tanta infelicidad.
El amor entre dos hombres no debería ser motivo de espanto ni de maledicencia.
Pero en un pueblo de pescadores católicos, las figuras de Adán y Eva son las únicas imágenes que caben.
Ser hombre o ser mujer. Casarse. Tener hijos. Asistir a la iglesia. Emborracharse en la cantina. Jugar y ver futbol y telenovelas. Y el hormiguero del chisme ante el puto que acaba de llegar.
Cuando alguien muere, los pescadores entierran el cuerpo en el mar, después de una ceremonia sencilla donde se pide el descanso eterno; de no ocurrir así, el alma vagará sin reposo como casi ocurre a Santiago, el pintor y fotógrafo enamorado de Miguel, el pescador.
Mariela espera un hijo de Miguel (“Contracorriente”, Javier Fuentes-León, Perú, 2009); pero Miguel ama a Santiago. Más allá del pueblo y las miradas, en el mar, ocultos por la distancia, disfrutan su ternura, su cuerpo, su amor.

Y contra todo y todos, Miguel no podrá seguir callando más.


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