viernes, 27 de septiembre de 2013

Dedicarse a vivir, por Israel González

Dedicarse a vivir
 Israel González

Ben pregunta a Mónica (en No molestar, de Yvan Attal, Francia, 2012) a qué se dedica. Y ella responde que a vivir.

No sabemos exactamente a qué se refiera con dedicarse a vivir; pero suponemos que su oficio es pasarla bien con su bebé y su amante en turno, una joven mujer que, a veces, suele mantener relaciones sexuales con hombres.

Los amigos Ben y Jeff, por su parte, no andan muy lejos de vivir el lado placentero de la existencia.

Separados desde que concluyeron la universidad, el reencuentro les depara la no muy agradable interrogante de ver si son capaces, igual que en ese mundo de libertades en que se desenvuelve Mónica y su amante, de filmarse teniendo relaciones sexuales pese a ser heterosexuales. Y, además, excelentes amigos.

Jeff, “artista de espíritu aventurero”, acaba de estar en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Ben y Ana, después de diez años de casados, han  decidido tener un hijo.

La película plantea y resuelve muy bien la interrogante de hasta dónde somos capaces de transgredir nuestros propios límites, de ir más allá de lo que nos dictan nuestras intransferibles pulsiones.

Vale la pena ver No molestar y divertirnos y reflexionar con los personajes de esta excelente película francesa.









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